Visita a unos de los árboles singulares de la Comunidad de Madrid
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- Distancia: 5,400 Km
- Tiempo: 2 horas (con paradas)
- Desnivel positivo: 140 m
- Velocidad media: 3 km/h
Esta es una bonita y sencilla ruta para hacer con niños donde cruzaremos ríos, visitaremos praderas, puentes, fuentes y por supuesto… el pino de la cadena.
Comenzamos la ruta después de dejar el coche en el aparcamiento situado junto al embalse de Navalmedio, en la localidad de Cercedilla (Madrid). A la derecha de este, cruzando una valla, sale el camino del Calvario que nos llevará directamente al pino de la cadena.
En esta primera parte, el camino discurre junto al arroyo de Navalmedio, que queda a la izquierda y el cual podemos visitar para amenizar la visita.
Así llegamos al primer cruce donde solo tenemos que seguir de frente y cruzar el rio por el camino que ya se ha convertido en pista forestal.
Seguimos por la pista, la cual va cogiendo altura poco a poco y va atravesando el pinar y pequeñas praderas, que en el momento de nuestra visita están parcheadas con algo de nieve.
Después de la conveniente guerra de bolas, continuamos por el camino del Calvario arriba y nos encontramos a la derecha con una pradera de mayor tamaño (Pradera de las Cortes), la cual atravesamos hasta ver un pequeño puente de madera encima del arroyo. Una vez lo crucemos podremos reponer fuerzas y agua en la fuente.
Una vez llenas las botellas de agua fresca, volvemos de nuevo para seguir nuestra ruta en ascenso algo mas pronunciado hasta llegar directamente al Pino de la cadena. Este lo encontramos a la derecha del camino, con su inconfundible cadena colorada.
La historia detrás de esta cadena cuenta el cariño que un hijo hacia su padre. En el verano de 1924, Ricardo Urgoitiz (director del diario ‘El Sol’) pasaba unos días en la montaña como buen amante de la naturaleza y mientras descansaba bajo la sombra de este pino, recibió la noticia de la muerte de su padre. En su honor, hizo colocar una cadena alrededor del árbol con la ya famosa inscripción «A su querida memoria 1840-1924».
Según parece, lo salvó de la tala ya que tuvo que comprarlo a un maderero que lo tenía ya marcado para hacerlo tablones. Hoy es uno de los arboles singulares de la Comunidad de Madrid, se trata de un pino albar (Pinus sylvestris) de unos 190 años y con una altura de 24 metros.
Imitando a Ricardo Urgoitiz, nos tomamos un plátano a la sombra de este majestuoso pino y elegimos para la vuelta un pequeño sendero que sale a la derecha del pino; para así completar una vuelta circular.
Este pequeño sendero nos adentra en el pinar a media ladera, pero en paralelo al camino de ida. En cambio, nos proporciona una vistas totalmente distintas.
Tras una pequeña parada para reponer fuerzas a medio sendero, tomamos un desvío a la derecha que nos hace descender abruptamente hasta volver a cruzarnos sobre nuestros pasos, para acabar de nuevo en el camino del Calvario y volver así hacia el inicio de la ruta.